Una y mil veces
Las cuerdas del trapecio me han servido siempre para bajar a las cañerías, a los suburbios de las almas que han rodeado mi persona, y allí en aquel sumidero de ratas he logrado componer miles de poesías…algunas de arcoiris, otras más cínicas que los bordillos de las calles que nos tocan de caminar. Me he … Leer más