Los últimos rayos de sol juguetean traviesamente sobre la ciudad, un nuevo día de sueños, ilusiones y trabajo, dice adiós…todo respira un suave aroma de tranquilidad y sosiego, parece ser que hay calma…ya no se escucha aquel tránsito insoportable de vehículos, los claxon, los ordenadores de la oficina por fin descansan, tras un nuevo y ajetreado día de facturas y números.
La ciudad comienza a iluminarse, [ha llegado la noche], cuando las almas cansadas de aquella hipocresia descansa, se despiertan otras almas, buscadoras de fantasías, unas almas soñadoras, vividoras, rebeldes…unas almas sin responsabilidad, dispuestas a la aventura, ante una noche, que como la amistad…ves el principio, pero nunca el final.
No entienden de compromisos…la noche es diferente, las almas rebeldes salen, mientras las hipócritas descansan, avanzan confiados en un prisma de colores donde buscan deshojar toda la esencia de la vida, de dejar abierta las ventanas de sus almas, relacionandose unas con otras de otra forma diferente a cuando lo hacen por la mañana, lo hacen escuchando, [se habla con el corazón].
Acaba de comenzar los contrastes eternos, el día de los «buenos», la noche de los «malos»…[me gusta la noche].