Alzando la vista

Alzé la vista unos segundos del cielo, por un momento dejé de otear ese horizonte infinito sembrado de nubles blancas en las que estos últimos meses he decidido instalarme a vivir en ellas, para olvidarme un poco del largo trayecto de mi vida, y sobre todo de aquellas penas que han ido carbonizando mi corazón.

Un destierro voluntario y permanente, en el que espero que mis humildes corazones no me hayan echado tanto de menos, porque siempre me tuvieron aquí, como siempre esbozando cometas a la melancolía.

Pero el motivo de bajar esa mirada del cielo no fueron más que dos ojitos marrones que me miran, pero ya no se de qué manera, fué el propio destino que me hizo alejarme de tí, en los momentos apropiados, y es curiosamente el mismo que me planta en mi cara delante de mí a tus ojos deseosos de pasión, anhelando una nueva prórroga, como dándome otra oportunidad de disfrutar de ti antes de la partida, aquel sueño con el que tanto pensé yo mientras me hundía…

Hoy miro tus ojos, y realmente no sé que es lo que me piden, ahora solo habla mi corazón…y le voy a hacer caso.

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