Asiento para los perdidos

Hoy, algo confuso, volví a sentarme en aquel viejo asiento…junto ami ventana…para ver como pasaba la vida…quería detenerme unos segundos a contemplarla, sin querer hacer nada, solo dejarme llevar…y observar. Dejaría de girar junto al mundo en ese momento, me pararía en un paréntesis espacial caótico y sin regla alguna que lo marque…dicen que de fuera todo se ve más claro.

En aquella silla de los que desaparecieron un dia, que no quisieron saber nada del mundo que les rodeaba, y dejaban de existir para marcharse a su mundo de colores, de poesía y amores infinitos…donde sólamente podemos llegar abriendo nuestra alma, y regozijarnos más allá del escalofrío y la incertidumbre…donde la palabra sea la mayor consejera.

Lugares recónditos donde no llevaré mis penas ni mis amores…sólo me llevare mis ilusiones…el patio aun lo tengo sin barrer…muchos vendabales asolaron mi casa como para dejarla con las puertas abiertas, quizás con mis manos vacías abriré algun día mi puerta para acobijarte…darte ese amor, con el que jugamos de niños, al si tu quisieras y yo me dejara…solos tu y yo…a comernos al amanecer lo que quieran las manos…para rematarlo con un sol maldito que termine de volverme loco…loco de atar.

Pero hasta ese día…estaré donde tu sabes…en el rincón de los perdidos…y de madrugada mientras duermes, me subiré a tu tejado a cantarte poesías…porque este poeta de contenedor se ha cansado de la espera…con penas a miles cortando raíles…cortando los días.

Deja un comentario