En la vida una persona necesita cambios, curvas y cambios de sentido que den coherencia a nuestra existencia, asomar la cabeza por la ventanilla del coche y sentir el aire fresco, un viaje a ninguna parte donde encontrarnos es nuestro destino, nuestro objetivo.
Y ha llegado el momento de hacerlo, pienso hacerlo, y aunque va ser un cambio radical los pasos van a ser cortos, pero el camino recorrido será totalmente distinto al que he pisado, o al menos esa va ser mi intención.
La amistad es un tesoro muy preciado y muy difícil de conseguir, hace mucho tiempo pensé que la tenía, pensé que mataría y moriría por ella, pero el tiempo, bendito canalla, me ha hecho ver lo contrario, y le estoy muy agradecido. Escucho palabras buenas que luego no tienen ningún efecto, o ningún reflejo en lo que se dice a lo que se hace, escucho bastantes palabras malas que amigos no dirían, y también escucho verdades a medias que esconden el carácter y el verdadero ‘yo’ de cada uno. Voy a ir poco a poco alejándome de ello en cuanto vaya consiguiendo nuevos objetivos, nadie me echará en falta con el tiempo.
Todo lo negativo, o todo lo que no vea positivo para mí irá a un costado, no quiero más gilipolleces. En el amor no quiero más medias tintas, no quiero más sujeta-cuadros, no quiero más gente que no aporte nada, quien esté ahí que sea para sumar.
Y por supuesto la decisión más importante es mantener aquellas cosas y aquellas personas que dan a mi vida alegría, momentos buenos, momentos de apoyo, momentos de reflexión…
Mi vida comienza a cambiar, en tres, dos, uno…