Si Cádiz por fin fuera cantón independiente
para gobernar una república de barcas
dándole la espalda a su maldito continente
y la dejaran siempre junto al mar sin tocarla
si pudiera hablar con la otra orilla
y recogiera los vientos que soplan de las Antillas
Yo por mi arrancaría su morada bandera,
y honda la clavaría en la playa la victoria
para que todo el mundo la viera,
mi bandera enredadita en una caña de pescar
que playita, que victoria, que país, y que bandera
alargando su frontera hasta los límites del mar
Tierra Tierra Tierra de los gaditanos
yo tiré la piedra y enseñé la mano
Tierra Tierra Tierra, pero no tiemble usted
que no hay patria que valga una guerra
aunque con Cádiz no se.
Kadi City – Juan Carlos Aragón. 1997