Otra vez volvió en mí aquella sensación de nostalgia sobre tí, ver pasar el asfalto sobre mí con tu olor todavía en mi cuerpo y una vieja canción de la radio es algo tan tremendo que siempre consigue hacerme palpitar el corazón por mil.
Ahí es donde recuerdo todo lo bonito, todo lo vivido, y añoro cada rincón que pisé contigo, y hago cálculos en mi calendario sobre cuando volver a poner rumbo a tus ojos, y es que tu única presencia hace sonreír a mis nubes negras dando un fogonazo de rayos de sol, para mandarlas bien lejos…allá donde no se vean.
Y bien sé, que aquello es tan real, que han sido 3 regazos los que vivimos, pero ningún otro sabe dar tan fuerte como los latigazos que me da el corazón ante tí, por tí…es tan curioso y a la vez tan lindo…
¿Como querer cuando se quiere tanto? Será porque sé que cada despedida no es un punto y final, es un hasta luego, la más bonita de todas las despedidas, aquel que sabe que va recibir un millón de besos por segundo de su otro pedazo de alma como si la vida se le fuera en ello…nunca pensé si fué malo, o si fue bueno…únicamente sé que ese veneno es el que bombea mi corazón más deprisa y hace a mi sonrisa, la gobernante de nuestra playa.