Me hablaron una noche de ángeles, de aquellos seres divinos que en forma de la mujer más bella, caía desde el cielo con la mirada más transparente y cristalina jamás existente en cualquier paraíso deseable, me hablaron del amor infinito en sus brazos, de miles de deseos concedidos, de claritas del alba rozándonos la piel con más sábana que la piel y la desnudez de nuestros cuerpos.
Me hablaron de como se paralizaba tu vida y de como te hacían estremecer, como en el mas serpenteante de los caminos encontrábamos la luz y el cuerpo anhelado, como podríamos morir a su vera sin sentir nada, como todo lo que desearíamos en el mundo se fundiera en un solo cuerpo, y se vistiera de mujer, así era el amor en su cuerpo y en su corazón, así era su vida, alegre y hermosa…
Fué una bonita noche recordando momentos dulces pasados, de cuando los ángeles habitaban la tierra, de cuando eramos príncipes sin corona y paseábamos descalzos por la verde primavera de nuestra vida.
Ahora los demonios son los que gobiernan nuestras casas y muchas de las almas, incendian nuestros corazones con la mentira, el odio y los celos que hacen que nos arrastremos por las sendas del desamor, que convirtamos nuestra vida en un sin-vivir de actos alocados sin fundamento…en una lucha por obtener la hipocresía, el engaño…la nada.
Y yo, triste y solitario poeta de manos vacías, este poeta de cañerías no deja de ser más que un poeta de sangre roja y alas negras que fué condenado por gritar y desear lo que prohiben, por revolucionar a mi gente y pedirle que abran los ojos y busquen el amor verdadero, que batan en duelo por honor a los demonios de sus vidas y los alejen por siempre, que todos ya sufrimos sus garras, que se alcen grandes, fuertes y valientes hasta el firmamento con más poder que la palabra y los corazones generosos, que anden con paso firme por la vida y no teman al abandono, porque allí siempre estarán los que como yo fuimos desterrados por los demonios de la vida y seguimos luchando…
Luchando por arrancar las nubes negras del horizonte, para que puedan volver a bajar los ángeles a nuestros corazones…aquellos con los que soñamos todas las noches, todos los días…todos los instantes de nuestras vidas.
Dedicado a aquell@s que con su sola presencia me arrancan una sonrisa de mis labios, a esos ángeles que aún esperan en el limbo.