De arenas y carnavales

Se levantaba a diario con el ruido de las olas al acariciar la orilla, entre-abría los ojos y veía una ráfaga de luz intensa, una lluvia de colores sobre su pupila azul que encendía de nuevo su corazón, su primer paso lo daba hundiendo su pie en la fresca arena, algo alborotada de la noche anterior y que la ténue brisa había intentado borrar en vano…sus pisadas eran aún más fuerte que el viento que soplaba por aquel entonces.

Titubeaba aún desconcertado pensando donde andaba, una botella de whisky vacía le recordaba que pronto aparecería el dolor de cabeza, no tuvo tiempo de terminar de pensarlo cuando resaca ya había entrado sin llamar a la puerta. Despeinado y con un olor a colonia que no era el suyo volvió a recordar aquella noche donde habitaban los cisnes y cantaba por carnavales las coplas más bonitas del contintente, de como desgarraba su voz contándole al son de una improvisada caja y bombo lo bonita que era, lo que la quería, o lo lindo que era su Cádiz mientras ella temblorosa escuchaba las más hermosas cositas de Cádiz mientras lloraba por dentro y se preguntaba su corazón, que por entonces latía a compás de carnaval que porqué no había nacido aquí.

Volvió en sí y la vió rezagada con ojitos entreabiertos mirando su figura reflejada en la arena, en ese instante deseaba morder el mundo, sería el momento más feliz de su vida, junto a él notaba que la poesía no tenía fin y si el destino nos dió rumbos distintos, que lindo fué encontrarnos y darnos ese abrazo que nos faltaba, que lindo fué romper ese silencio de besos de la lejanía.

La mañana volvía…y el cabizbajo paseaba por la arena, tatareando aquella canción de Carnaval, anhelando su presencia más que nunca y esperando ver su figura entre las columnas de aquel balneario o ver ese cuerpo que era el pecado en estado puro contonearse con la luna…a cual más guapa, a cual más bella…

Y allí quedó, el en la playa oliendo sus recuerdos entre la arena, y ella sin mar, pero recordando aquella carta de escuetas palabras que le dejó…

‘A tí…que volviste a Cádiz’, al principio se extrañó…jamás pisé esta tierra se dijo, a la par que al instante rompió a llorar…había entonces descifrado sus sueños de todo este tiempo.

A tod@s aquell@s que anhelan Cádiz como su propia vida

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