Déjame volar esta noche para beber con mis amigos.
Te juro que no cojo el coche, solo quiero brindar contigo,
que el dulce trago que da el vino espante el miedo de los hombres.
Que el olor de la bebida y el alcohol mezcle mi sangre con mi honor,
que el dulce trago que da el vino espante el miedo de los hombres.
Ay, poder soñar que la cálida arena que hay en la Caleta
me acaricia los pies, soñar que digo todo y sueño del revés,
soñar que por soñar sueño cosas que solo existen en los sueños.
Si yo bebo, no es por olvidar, bebo por recordar
a los que se me fueron.
Soñar que la voz de mi abuelo no murió aquel Febrero
que me vuelve a escuchar y que me protege en la noche.
Pero, por más que haya bebío, no soy más hombre ni más crío
y no seré ese hijo de puta
que se cree Dios si está al volante, que acuchilla a dos inmigrantes
y a su mujer porque disfruta.
Contigo pierdo dignidad pero consigo rebeldía y libertad
para poder decir las cosas imposibles que no se dicen jamás,
cosas prohibidas que liberan mis sentidos.
Déjame que sea él quien calme mi dolor,
déjame que cante por el vino,
déjame que siga vivo una noche más, amigo!