Desgarrando

Hoy es uno de esos días sin tierra, con muchas dudas sobre la continuidad de algunas cosas…y como siempre ahí fuera está lloviendo.

Y no hay nada tan duro como no poder echar un poco de tierra y zanjar asuntos, sino que tenía que enfrentarme al demonio vestido de mujer,  y dormir con ella, en su territorio, donde siempre contó con ventaja.

No creo en dios alguno, pero si lo hiciera me santiguaría y tragaría saliva y a tocar un compás de espera en el que saldré más reforzado que nunca o tocado y prácticamente hundido.

Y si me hundo ¿a donde iré? a buscar sonrisas tras los vidrios del alcohol, a danzar un baile estúpido ante unas curvas que no recordaré, a la vida del libertinaje de sábanas frías, de la soledad infinita, a volver a componer melodías tristes y a un mundo de rutinas, sin más carretera que mi calle, sin más pueblo que el mío, sin más ojos que los de mi madre.

No sé a donde me llevará este camino, cada vez dudo que tenga un final feliz, no se si tendré que besar mi destino o mearme en él, cada día veo más cerca aquel barco a la deriva, y sé que si hablo me montaré en él, para siempre…y que verdad fué la de que si tengo que mentir mentiré, por que más valiente es el que miente que el que calla.

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