Dicen que pueblo que canta, pueblo que espanta sus males;
por eso a Cádiz le salen los males por la garganta.
Y así nunca se atraganta con sus pecados mortales,
y al llegar los carnavales el pueblo hace una banda.
Banda sin más generales que sus mil chirigoteros:
los Capitanes Veneno, Veneno de nuestra sangre.
Veneno que, de la mano, atrapa los corazones
y los convierte en pasiones, orgullos del gaditano.
Dicen que pueblo que canta, pueblo que espanta sus males;
por eso a Cádiz le salen los males por la garganta.
Y hace una banda, que esta banda…
¡¡ de carnavales … ¡!
Capitán, corazón, corazón, capitán, ay, Veneno…
Me robaste del alma y rebujaste en mi piel
lo malo con lo bueno.
Y conseguiste al final que, loco, me enamorara
de una mujer especial
que en casa le llamaban Cádiz y en la calle le llamaban
¡¡ Ay, la Tacita de Plata ¡!
Tú me elegiste a la suerte y yo también…
malditas fueron las ganas de los dos.
Que por tu culpa ya no sé lo que es el bien
y no distingo los cariños del dolor…. ay, pero ya …
Como estoy preso en la cárcel de tu amor
y este veneno que tengo es inmortal…
No viá quedarme sin ti por carnaval…