Infinidad de veces he querido coger mi pluma cibernética y plasmaros muchos sentimientos aquí, contaros algo por ínfimo que sea de mi vida, o cualquier esbozo que se me pasase por la cabeza, y que por unas circunstancias o por otras no sabía o no pude hacer en su momento.
Hoy he sentido esa sensación extraña en mi interior que me ha dicho que ahora sí es el momento, ahora si era la ocasión, en esta oscura y tenebrosa noche de Junio, de hablarle a los rincones de la madrugada, a los bidones de basura, a los mendigos de la calle solitarios de alegrías…quizás como yo, quizás como el mundo…para que todo aquello sea recopilado al amanecer por las primeras almas inquietas de poesía que se adentren en mi blog, en busca de algo nuevo, en busca de regazos, en busca de aquella poesía con la que sentirse identificados y evadirse del mundo…como yo lo hago ahora.
La extraña sensación de abrazarse a la nada, de charlar con nadie y sin embargo tener la sorda sensación de ser oído y comprendido, quizás con estas letras solo busque estremecer mi alma carente de latidos sinceros, de no sentir más las almas vacías de l@s hombres y mujeres necias de amor, de no dejar levantar el vuelo de estas alas negras y corazón rojo cuando solo buscan deslumbre y encuentran alambre, en los suburbios de las noches de alcohol e hipocresía insultante.
De navegar en las tórridas aguas a la deriva de mi vida y deseando dar ese zarpazo definitivo a los fantasmas de mi almohada, aquellos que son capaces de envejecer mi vida mientras quizás otros ojos y otras miradas me alcen al limbo del éxtasis profundo, demasiado tiempo en el abismo me hizo saber de que todo carece de valor sin ilusión, la no-lucha por vuestros sentimientos os hizo necios, estúpidos y vacíos como aquella botella de whisky rota a las claritas del alba.
Y es que ya sabéis lo que tiene hacer poesía entre las cloacas, pocos besos y muchas ratas…