El tren de la ilusión

El destino jamás se cruzó en nuestro camino, jamás pude levantar el pie como para hacer una pisada tan sonora, o clavarlo con tanta fuerza para dejar huella a mi paso…quizás esa forma tan llamativa y provocadora de llamar la atención nunca fué conmigo, preferí esperar tras las cortinas, observándolo todo, imaginandolo milimétricamente, para cuando toda la fama hubiera dejado de acudir al poeta, felicitarle por su trabajo.

Siempre oí decir que «mas vale tarde que nunca»…en el curioso mundo del amor y del desamor, el tren sólo pasa una vez por la estacion…no soy de los que le gustan esperar segundos trenes, siempre voy con el tiempo justo, no me gusta milimetrar ni calcular mi vida…quizás por eso siempre llegue tarde a mis citas. Y ya que como el tren solo pasa una vez…he decidido cogerlo, una vez más un salto al abismo sin red, sin cuerda, ni nadie que me pueda ayudar a hacer el salto más largo o más ameno…si caigo daré con mis huesos en el suelo, otro duro palo más en la vida…

O quizás el destino me aguarde aquel refrán «lo bueno se hace esperar»…durante muchos años, muchos suspiros en vela de unos lindos ojos hacia mi ser, viviste la vida suspirando en que te dedicara aquella frase que tanto te gustaría oír salir de mis labios, mucho se habló por aquel entonces de aquello, de mí, de tí…siempre te imaginé linda, soñadora, capitana de un bajel sin vela…tu llevarías el timón de los sueños hacia mi corazón…triste, en ruinas…sería el mejor momento para tapar heridas, con un regazo de caricias, besos y miradas…con un instante de locura juntos…

Aquel día estaba tan perdido…que ni me di cuenta que una sirena de un tren sonó en la vieja estación, no fui a esperarlo, mi reloj no marcaba ninguna hora, pensaba en nada…Hoy años después, el destino ha vuelto a juntar nuestras miradas, los trovadores del lugar me comentaron que por allá pasó un tren cargado de ilusión y que desconocen si aún queda algo en ella en aquella estación…

Resuena ténue un rugido en las vías del tren, es mi corazón que vuelve a latír, desea cargarse de ilusión junto aquel tren que llamó una vez y que no pude escuchar…espero que no sea demasiado tarde…ni por mí…ni por tí.

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