El insoportable tic-tac de aquel agudo reloj estremece mis entrañas por cada segundo que religiosamente marca el paso del tiempo, ante un mundo que gira y gira, y yo simplemente…tumbado en mi cama, deseo chillar que se pare un momento, que espere por unos besos que aún quiero y me quedan por recibir, como aquel enamorado que espera ansioso la carta de su amada, en una tremenda desdicha de rabia y felicidad, siento como me voy resquebrajando mientras el sol ya penetra travieso por las rendijas de mi ventana.
-[Sabía que el amor tiene ojos verdes]
El suelo se hacia inestable, las paredes se convertían en alambradas, aquel sol travieso en un foco perverso de 1000 kw apuntando directamente a mi cara, el techo se tambaleaba cada vez más, mis manos se resquebrajaban poco a poco por las muñecas.
-[Entre las cortinas]
Una voz de mujer volvia a asomarse tímida y valerosa por las cortinas de mi habitación, preguntándome si otra vez andaba en las mismas, si era así como deseaba peregrinar mi vida, esperando cartas de una amada que no ponía remitente, de los besos de unos labios que ni siquiera sabía si eran ciertos, se arrimaba sobre mi hombro, me dio 2 palmaditas en el hombro, y un beso en la mejilla, mientras me susurraba al oído
¬Maldito poeta
Le contesté con una sonrisa cómplice, y continué allí, dejando al tiempo atrás, esperando la carta.
De nuevo había caido en tus sueños de pasión, en tus ojos dulces, sólo deseaba besar tus labios.
[Aquella noche no dormí]