Funambulista

funambulista

Desde pequeño soñó con ser funambulista, jugarse su caótica vida en un débil alambre, más alto, más cercano a las estrellas de lo que pudo soñar, así podría volver a comerse la noche a dentelladas, porque el frío acero no recularía jamás un ápice de calor por nadie, ni por tan siquiera bellos fueran sus ojos.

Escupió tantas espinas le dejó su maltrecho cuerpo y aun así seguía teniendo hambre, aún así las azucenas no dormirían hoy bajo la lumbre de la luna, sino bajo un manto de niebla, para sólamente dejar sus gotas de rocío a la mañana bajo su almohada, para que sueñen tranquilas, para que cuiden de sus desvelos en el alba.

Funambulista, repetía una y otra vez, ante una vida que se abria y se desvanecía entre sus manos como la arena fina…mientras solo quedaba él, el débil trapecio, y aquel cable de acero infinito con oscuro horizonte…aún.

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