I´m here

Hay días que se hacen grises de repente, otros son simplemente una premonición, como la lluvia amenazante en el horizonte, hasta que rompe a llover…hasta que rompe a llorar.

Anhelando y suspirando por todo lo vivido, por todo lo que se ha perdido mientras se ha caminado, aquellos que se nos fueron de nuestros corazones sin motivo aparente, aquellos que nos aportaron una felicidad en un momento determinado…pero así es, y si todo sucede es por una razón…siempre.

A veces, no valoramos las cosas que tenemos enfrente, y es en los malos momentos, cuando te notas a ras de suelo, en lo más hondo…cuando notas que aquellas sonrisas, aquellas miradas y aquellos corazones, son el continente de tu alegría, el motivo por el que uno alza sus alas de nuevo y vuelve a levantarse.

Y siempre supe que nuestra amistad fué como un faro centinela, tan lejana a veces, tan inalcanzable, pero a la vez tan profunda, que en la más densa niebla encontraría el apoyo de tus palabras, la luz eterna, haciéndome sentir bien de nuevo, porque son esos pequeños detalles los que me mantienen feliz, y por los que en este nuevo año que entra voy a luchar.

Porque no habrá orillas, montañas, ni continentes que puedan hundir mi alegría y esa ilusión de saber que siempre nos llevaremos en el corazón…de la forma que sea.

Si de la forma que fuese te has identificado con este relato, esto va para tí con todo mi cariño, y que lo bonito dure por siempre.

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