La Colina de la Esperanza

Los años se echan encima, y una vez pasada la barrera de la infancia, cada vez se puede analizar la vida con más coherencia, y echar la vista atrás…sentarnos en cualquier sitio, y observar, como hacemos con el horizonte.

Aumentan las preocupaciones en unas cosas, disminuyen en otras, todo un sinfín de contrastes que nos hacen tomar la rienda de malabarista, para poder caminar sobre una cuerda sin red abajo, y un hábil esquivador de piedras que tiran a darte.

Pero por suerte se descubren una de las mejores cosas de la vida, el poder entregar tu corazón, a la persona que amas, hasta el punto de estremecer tu corazón al infinito con cada latir, vivir al límite cada beso, cada caricia, cada instante compartido….quizas los amores eternos no lleguen, lo tarden en hacer…pero mantenemos vivas esas esperanzas.

Como cada noche, me vuelvo a sentar en aquella colina de esperanza, a contemplar las estrellas, a pensar en los ojos de aquella niña…a esperar…a no se qué…pero a esperar.

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