Es muy probable que la vida se nos apague antes de que nos querramos dar cuenta que aquella lista mental de cosas por hacer nos haya sido imposible de completar.
Es muy posible, que nuestra vida, se desparrame en un soplido, como el molesto viento de levante que se cuela entre las faldas para llevarse todos esos papeles de sopetón y sin previo aviso.
Atrás quedarán promesas incumplidas, un televisor encendido en nuestra última película que nos tocó interpretar, una cama caliente y un adiós que nunca se dijo.
Desconozco si me tocará de esa manera, pero únicamente te pido que agarres mi mano, que vivamos cada momento como si fuese el último, sonriamos a la vida y sigamos tachando aquella lista hasta quedarnos sin tinta en el bolígrafo, sin veneno en el corazón y sin sangre en los labios.