La niña del barrio

Hoy, después de muchos ires y venires por kilométricas carreteras del porvenir, con sacos cargados de melancolía como casa, de penas y mal de amores como compañeros de viaje, he regresado a ese barrio donde me vio crecer la vida.

He paseado por sus estrechas callejuelas, he vuelto a oler ese encandilador olor de las ollas de comida, aún recuerdo mi infancia en este barrio, cowboys por los pasillos, los churretes, los partidos de fútbol en la calle, los amigos, el kiosko…

Pero mientras paseaba, mi corazón se ha detenido por completo, al sonido de una voz, dulce y preciosa como un susurro infinito en mi oido, que me decía «hola, ¿Sabes quien soy?», no me lo podía creer, había retrocedido 5 años atrás…en un segundo, era ella, la niña del barrio por las que tantas veces suspiré por su corazón en las noches de verano subido a mi azotea de colores y soledad, allí estaba echa una mujer, en cuerpo y alma…no había perdido esa embriagadora mirada de ojos marrones por las que perdía el sentido cada vez que la miraba, desde el día que me fuí del barrio anhelaba sus abrazos…y como hace 5 años…Me volviste a enamorar con la mirada eterna y profunda…

Allí me quedé, deseando que no acabase nunca aquella conversación, mi corazón cada vez latiendo mas aprisa…y un «te quiero» que se muere por salir de las cuerdas vocales, cual si prisión amarga fuera…y hoy estes donde estés, te lo diré a los cuatro vientos, y se lo diré a los cuatro puntos cardinales…que te quiero.

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