Siempre, pese a la distancia que nos unía en ocasiones, pese a muchos momentos pasados, cuando se ha estado en lo más abajo del mundo…una sonrisa iluminaba el camino, en silencio, esperándome verme levantar y en el momento oportuno ser la primera en felicitarme…una y otra vez, y pudiendo sentir que en su corazón se le iba la vida en ello, porque era el cariño más sincero de aquel continente.
Para mi mejor amiga…por tantísimas veces.