No me apetecía mucho mirar atrás y recordar viejos tiempos pasados y tristes, hoy quizás vería el mundo de otros ojos, y me sentaría a ver el caledoscopio de la vida y a tumbarme en esa fría arena de noche…y escuchar como rompen las olas, sentir como una brisa cálida golpea mi rostro, mil y una sensaciones se me pasan por la mente, mientras siento un suave cosquilleo por mi estómago.
Aún recuerdo todas esas caricias tuyas que se iban haciendo tan cálidas como el sol al amanecer, todos esos besos de pasión en mil y un lugares, mi cuerpo estremecido hasta el infinito en aquellos bellos momentos, momentos que formarían parte de un pequeño puzzle de casi infinitas piezas…el puzzle de mi existencia.
Dejando atrás los fríos y recónditos lugares que no supieron o no supimos darnos calor el uno al otro, resurgimos entre las cenizas como cual ave fénix, para demostrar que nuestros corazones aún siguen calientes, aún laten el uno por el otro, y que supimos tumbar todo aquello que se nos puso en nuestra contra.
Demasiado tiempo estuve tumbado lamiendo heridas, y hoy vuelvo a levantar y a seguir mi rumbo, a continuar llenando de piezas mi puzzle, y me encantaría que cuantas más llenaras tú…mas feliz sería mi corazón y aunque muchos tiempos grises pueblen nuestra vida, debemos de mirar ahora que estamos arriba, y saber que para llegar a estar donde estamos, tuvimos que sufrir todo lo de abajo…y para luchar por lo bonito del amor, que créanme…existe.
Pd: Dedicado a tod@s aquell@s que perdieron unos tristes minutos de sus vidas en leer a este poeta de cañerías 😉