Poeta, tras un chasquido de dedos se dirigieron a él con esas palabras, alegres querían que les entonara unos bonitos versos para sus oídos, para sus vestidos borrachos de penas. Demasiado laurel para un simple trovador, siempre rehuyó de multitudes y esta sería su enésima ocasión aunque para sus adentros pensó que era demasiada miel, para aquellas bocas de asno.
‘A cualquiera llaman poeta’ susurró a la noche, tras una patada inerte a una lata vacía hacía reventar el mundanal silencio que reinaba en aquella calle grís, mientras se perdía en la penumbra. Hacia ningún sitio como siempre con aquel ideal de dejarse sorprender por el destino, de avanzar según lleguen las cosas y también porqué no de esquivar las piedras que tiran a dar.
Y siempre estuvo soñando, cada minuto, cada instante de su vida era un sueño, muchos pensaban que abusaba, en él nunca interesaron otras opiniones, decía siemplemente que él se dedicaba a pintar la vida de colores, para hacerla menos fea si no fuese bonita.
Y sonrió, quería de nuevo retomar su continente, quería de nuevo volver a sentir las nuevas sensaciones de la vida, quería sentirse más vivo que nunca, abrazar las estrellas y sentir la brisa de Septiembre, porque desde ese día supo que algo bueno estaba por llegar…ya verán.