Las etapas de vacíos te hacen ver desde una perspectiva general como anda todo, como va girando el mundo a tu alrededor y tú en primera fila, partícipe como actor a veces, como actor secundario o a veces mero espectador.
Una entrada hacia nuestro destino abonada directamente en taquilla, en blanco, sin butaca, sin sala, sin película…un viejo y gruñón te hace un gesto como que ya puedes pasar, y ahora toca la elección…
Caminos…salas numeradas interminables que según cual escojamos nos llevarán a determinadas películas, malas, regulares, buenas y auténticas obras de arte al fin y al cabo y por mucha crítica y sabios entendidos en los momentos reales siempre sabemos que seremos nosotros los que tomamos el camino que creamos más conveniente en ese momento.
Películas vacías sin argumento han pasado por nuestras vidas, corazones grises que no quisieron aceptar nuestros besos, que no quisieron seguir junto a nosotros nuestro camino de libertades, prefirieron el camino marcado, donde otros ya estuvieron, nosotros seguimos por el sendero más complicado y a día de hoy es lo más frecuentes, la vida está llena de vidas de gente sin argumentos para luchar sus verdades, malos intérpretes que no resultan ser reales…sino que meros actores, la amistad es simple coincidencia de reparto, y los besos como en las películas son falsos y preparados.
Actores carentes de guiones, de los que no puedes entablar más de un diálogo serio solo el «hola», «como estas», «que te cuentas»…que hay de aquello de las conversaciones que hacen historia, simples, sencillas, mirándonos a los ojos y hablando con el corazón…anhelos…