Pies fríos

Tengo los pies fríos y no me dejan pensar, no me dejan escribir ninguna sola línea y todo me parece torpe y confuso, el boton de retroceso se convierte en un molesto aliado, sólo veo letras que se amontonan, insignificantes, insípidas…

Y no me dejan refregarte toda mi poesía como lo haría cuando saco mi ametralladora de palabras, de verdades, directas al corazón, en una ristra de símbolos de emociones y rincones que siempre soñastes con tocar, con besar, con acariciar,  y no puedo mostrarte aquellos caminos torcidos y llenos de maleza, aquellos que llevan a la diversión más rocambolesca, ni te podré presentar a mis amigos más canallas, aquellos con los que comparto mesa y mantel en las madrugadas donde la ciudad duerme, y nosotros abrimos los ojos y los corazones, soñando…escribiendo.

No me dejan llevarte por los sentimientos de un beso robado, de la rabia por una promesa incumplida o el desespero de aquel amor que no llega a su hora, tan dulcemente impuntual, me quedo una vez más con las ganas de desplegar mis velas hacia el horizonte infinito, hacia nunca jamás…y ser yo, el único capitán de las letras en las tierras de los navíos perdidos, siempre al alba, cuando los corazones despuntan libertad.

Hoy y hoy más que nunca me quedo sin saliva para escupir encima de la mentira de los necios y del orgullo de los cobardes, se me secó la sangre revolucionaria que pide que alcemos los puños y nuestras gargantas calientes…

Hoy, una vez más me ví pequeño ante aquella hoja en blanco en mi monitor, se me secó la tinta del bolígrafo, y el lápiz es tan frágil como el viento que se lleva las palabras, prefiero los bolígrafos, porque sus tachones son como las cicatrices de nuestros errores, de nuestros dolores, y seguirán ahí para aprender que esa palabra no se escribía de aquella forma correcta, para aprender que a aquellas personas que hemos amado, no fué de la forma correcta.

Y no es un signo de derrota, ni de bajar los brazos, ni de resignación, es simplemente quizás la gélida sinfonía del invierno, que me enfría las manos, que me enfría una vez más los pies…aunque jamás el corazón.

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