Pintores de la vida

Una ropa para cada ocasión, rostro cansado, una vieja gorra, un pincel en la mano, y en el cubo…nuestra vida, dispuesta a ser pintada en un horizonte blanco, una pared que tiene su comienzo, pero no le vemos el final, y en esto de la vida todo va en función, unas veces pintamos con más ahinco, otras nos dejamos de ir, y en situaciones extremas tiramos la brocha y golpeamos de una patada el cubo…esparciendo nuestra vida al abandono, a que esa pintura vertida cual sangre de una cuchillada camine río abajo, sin rumbo, pero siempre en una misma dirección…imposible remar río arriba, demasiado tarde.

Se nos ha encomendado la misión de pintar la vida, y nuestro trabajo no es único, a veces tenemos que alternar nuestra fachada con la del resto…quizás nuestro mejor amigo se encuentre indeciso, haya dejado de pintar o quizás haya golpeado el cubo, no importa, siempre estaremos allí, para ayudarle, para aconsejarle que ese tono embellecería mas su rostro, para que dejase de pintar inviernos, y pintase primaveras.

La vida es una balanza, todo debe rondar sobre un equilibrio, una familia, un amor, una amistad…todo ello no llega a su vez, una buena amiga dice que cuando llega ese equilibrio siempre hay algo que lo trunca, y es cierto, no podemos mantener intacto un ciervo alrededor de una manada de lobos…El mundo está lleno de lobos y corderos, ningún extremo es bueno, siempre debemos tener la fortaleza del lobo, y el corazon tierno del cordero, por ello para que no se trunque debemos de empezar a pintar, para tapar las grietas del dolor…y a pesar de que sigan doliendo, iran escociendo menos, y será poco a poco un corazón más bonito.

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