Hoy no tengo estrellas en el firmamento, o una razón de peso para mirar al cielo e imaginar tu rostro en aquel oscuro horizonte…has rehusado de mi corazón cuando decidí entregartelo a ciegas…decidiste llamar a la puerta de mi corazón…para después como si una colegiala fueras, salieras huyendo a esconderte en la esquina de la malicia…la pescadilla que se muerde la cola…el querer y no poder…el envenenar mi alma incoscientemente de deseos y anhelos imposibles.
Encontrado quizás un alma, que no me va dar nunca los besos que tu pudiste darme, ni me mirará como tu solamente sabias hacerlo con tus ojos verdes, jamás bailaremos a la luz de la luna fundiendo nuestros cuerpos en uno solo…y puede que tampoco pasee descalzos de la mano contemplando la claridad de la arena fina…ni bañaremos galaxias enteras con nuestro amor.
Nunca te guardaré rencor, ni mucho menos…pero quizás me cuelguen por decir esto, mi corazón se llena más cuando mi amigo me da un abrazo en un momento de melancolía…que me arranca una sonrisa cuando las cosas no van bien…que me evacua a un mundo de colores, para que me olvide de todo…para que recuerde lo que fuimos en un pasado…y en que nos estamos convirtiendo…hoy quizás mi vida haya dado un cambio, (y no será por Zapatero :P).
He descubierto que antes de un amor…prefiero la amistad de mi amigo, quizás mi corazón continue anhelando el amor…pero siempre rehusará del compromiso…si buscas deslumbre y encuentras alambre…será que descuidas.
La amistad es como el horizonte…siempre ves el principio pero jamás el final. Cuiden a sus buenos amigos/as 😉