Es curioso como podemos tener ante nosotros una muerte anunciada, como podemos notar que estamos perdiendo la vida y estamos desangrándonos, y poder llorar en el momento de la pérdida de algo que se avistaba mucho tiempo atrás…la fé, le llaman algunos, agarrarse al último rayo de sol, al clavo ardiendo…porque bien dicen que los que creen en algo, los que sueñan, los que se ilusionan de una forma rotunda pueden caer más alto, pero también están más cerca de lo que otros jamás creyeron.
Y así, todo se iba tornando de un color gris, tantísimas esperanzas murieron en el averno, no supieron encontrar una salida a tiempo…y como capitán, ya sólamente por orgullo no queda sólamente que hundirnos con el barco.
Hoy quizás, ganaron los malos, hoy quizás nos toque llorar mientras los más crueles rían…pero recuerden que sólamente hoy, recuerden nuestros nombres…porque quizás, lo tengan que gritar.