Muchos corazones han marcado nuestras vidas, dejando muchas huellas en los nuestros, huellas, marcas e incluso heridas de amores pasajeros que hemos de llevar de por vida, por mucho que intentemos olvidarnos.
A pesar de las heridas, tenemos un impulso perverso que nos hace volver a caer de nuevo en la trampa, tropezar cuantas veces sea necesario en esa dichosa piedra, para que una vez más ser el bufón de la fiesta y el hazme-reir del mezquino rey. Hemos tallado tantos corazones a navaja, en los rostros desnudos de los nogales, cuantos labios habremos besado, y más osado aún…a cuantos/as les habremos perjurado nuestro amor…palabras necias que se lleva el viento, contrato firmado en blanco donde nunca se lee la letra pequeña.
Y en mi desvelo pienso, a cuantas mujeres habremos roto las esquinas, para que en sus brazos aniden golondrinas por otoño, cuando el frío apremia, y únicamente queda el calor de nuestros corazones inmortales como el tiempo, inalterables como la historia, cuantas noches de locura, cuantas noches de ternura…pero siempre me quedé atras sin pesar en estas cosas…siempre preferí esbozar sonrisas y cometas…añorando el amor, rehuyendo del compromiso…