Una de tantas

Hay momentos en los que uno necesita encontrarse con sí mismo, y a veces la solución está mucho más cerca de lo que nosotros pensamos, sólamente basta con mirar a nuestro alrededor, y maximizar los pequeños detalles, aquellas simples estupideces que nos arrancan una sonrisa un día gris, aquellas cosas que nos hacen olvidarnos de lo demás por un tiempo…

Multiplicar las alegrías, y esas no incluyen salir más, o emborracharse más…simplemente estar con los tuyos, aunque no digas nada, dedicarle más tiempo a la gente que merece la pena, porque sabes que siempre estarán ahí incluso en los momentos malos, y lo más bonito es que nunca te lo dirán, pero lo sabrás…

El abismo anda ahí, mucho más cerca de lo que quizás pensemos, y caer es sencillisimo, volver hasta arriba es lo que cuesta esfuerzo, mucho trabajo, mucha esperanza, y echarle muchas ganas, y llegará un momento que no tengamos fuerza para superar todo aquello, pero también desde lo más bajo aprendemos a valorar realmente lo que tuvimos cuando estuvimos arriba y por actos egoístas o estúpidos dejamos de lado…pero ahí habrá que sacar las fuerzas para no anclarnos o arrastrarnos a la deriva entre la rutina y la angustia, quizás tengamos a una mano amiga cercana que nos aupe las alas, a veces por desgracia no se tienen y hay que tirar de dentro porque nadie más lo hará por nosotros…

Y no dar más importancia de la que tienen a muchísimas palabras, no pensar en los porqués, ni en las trascendencias de nuestras palabras mientras sean de corazón, mientras digamos las verdades muchos irán cayendo a nuestro paso, y los verdaderos seguirán ahí, aplaudiendo en silencio nuestros actos, porque quien sabe si en algún instante de nuestra vida somos espejo de alguien, y no hay nada más tremendo que serlo mostrándose tal cual se es, con nuestras virtudes, con nuestros defectos, pero siempre teniendo bien claro, quienes somos, qué fuimos…y que queremos, y si no lo sabemos, siempre nos quedará el viento.

A todos aquellos que prefieren mirar el cielo, antes que el suelo que les toca de andar.

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