Hay momentos, en los que la vida cotidiana te está pidiendo a gritos sordos un cambio, es ese instante en el que te sientas y piensas sobre todo lo que te rodea, y sacas la clara conclusión de que esto no va contigo, no ves tu futuro sobre todo este ambiente, y que tu vida necesita un cambio…radical.
Un ambiente de hipocresía donde unos dicen mañana, y pasa mañana, pasado y el otro y sigues esperando algo que no llega, recibes miles de excusas torpes que callas por no complicarte más, sabes que no merece la pena, lo hecho…hecho está, los amores estancan tus ideas y nadie te aporta algo nuevo, solo caminos hechos en senderos donde otros ya han estado, miles de promesas y pocos hechos, más de lo mismo.
¿Que es lo que me pides? me susurra la vida, quizas alguien que viaje en la oscuridad conmigo, alguien que sin mirarnos sepamos lo que pensamos y lo que queremos encontrar en esta vida de caminantes, una amistad que te haga vivir momentos inolvidables como antaño, una compañera que solo busque los besos y mis versos cálidos a la lumbre de mis ojos…
Y crecer, ser grande en esta vida y ampliar mis horizontes, proponerme metas para que con trabajo diario pueda mejorar más y más sin dejar de ser yo mismo, dando un carpetazo a todas las espinas que tengo aún clavadas y que me hacen sangrar a el más mínimo movimiento.
Ahora sé que los movimientos grandes son utópicos, pero también sé que es hora de los pasitos cortos, porque bien sabemos que las grandes batallas, las grandes revoluciones y las grandes conquistas…no se hicieron en un día.