Ahogado entre una multitud de letras desafiantes, incoherentes y desoladas, escribo….te escribo atí, quizás…no llegue el día en que pueda abrazarte y abrirte mi corazón hasta el infinito….pienso que lo mismo sobre estas tímidas letras sea capaz de expresarte lo que me haces sentir, cada vez que veo tu mirada…se que me miras de una forma especial, noto un brillo en los ojos…quizás sean cosas mías…prefiero imaginar que no.
Hoy una carta sin remitente llegará a tu buzón…desafiante, y despuesta a hundir con un cuchillo de letras…hasta el sentido de tu corazón…para quizás comprobar por quien suspiran aquellos preciosos ojos. Desearia encontrar tu alma, y poder charlar con ella a solas en madrugada, trasegar por prismas de colores, y de un grito de pasión, despejar la intensa niebla que me separa de tí…
[La Niebla del Olvido]
Quizas moriré de pena al verte en otros brazos, pero anhelo aquel día…en el que pueda entrar en aquel cruel concurso del amor…con un único objetivo…ser finalista de tu corazón.