Entre sones de tangos

Malena cantaba tangos en el café de Silverio…cantaba mi comparsa allá por los meses de Diciembre, quizás por su garganta saliesen todos los quejíos de los quebrantos del desamor, lo mismo que yo los escupo por las tintas azules en cuadrículas perfectamente alineadas…esperando mi airosa y pequeña letra torcida.

En ciertos momentos del día, concretamente en la madrugada es cuando vuelvo a encontrarme con mi verdadero yo, bohemio, el que abre la puerta a la poesía y charla con ella dejándose embriagar, ahí es cuando mi cuerpo expulsa todo lo que ha absorbido al cabo de los días, tal y como si pusiera mi corazón al sol y salieran todas mis ideas…

Y solo pienso en envenenarme de melodías prohibídas, de cantares rajantes, de bordones y de golpes secos de rancia madera…y en esas noches, vuelvo a la vida, a la que merece la pena, en la noche en la que vuelven a hablarme mis raíces, mis entrañas…mi continente.

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