Defendiendo la alegría

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No me gusta hablar sobre mí, sin embargo tengo un blog, quizás mi única vía de escape para plasmar mis inquietudes, en esos momentos en los que uno siente que el mundo se codifica y no habla tu mismo idioma, o quizás uno no es capaz de comprender que ocurre ahí fuera.

Aquí encontré la curiosa sensación de no saber quien me lee, si lo hacen por casualidad, por curiosidad, o ni si incluso les gustará lo que escribo, la verdad es que no surgió con una intención concreta, sólamente para mostrar y plasmar todas las ilusiones y sensaciones a lo largo de una vida…o de unos cuantos años de ella porque aún no se si esto tendrá fecha de caducidad ni me apetece plantearmelo ya que prefiero vivir el día a día.

Revisando mis antiguos escritos he podido ver por los tantísimos estados por los que he pasado en determinados momentos de estos casi 7 años, he reido a carcajadas, he llorado como un enano, he sentido como se rompía mi corazón en mil pedazos, lo he visto acelerarse por una simple mirada, he visto la alegría, el odio, el rencor, la mentira, la risa, la ilusión, la melancolía…

También he causado algunas de esas sensaciones con mis letras, quizás es porque estamos muy cercanos aunque vivamos lejísimos, siempre escribí con la ilusión de que mis letras llegaran hasta la más remota carretera, y soñé, que allá donde fuese, allá donde quiera que se me leyese una risa, una lágrima, un recuerdo, o un intenso escalofrío os recorriera el alma.

Porque no soy mucho más de lo que han visto algunos/as, tan sencillo y complejo a la vez, poquísimas son las personas que nos entienden con una mirada, con un gesto o con una palabra, poquísimas por las que sé que por muy oscuro que sea el camino la luz de sus corazones iluminarán lo que toque por andar…

Hoy no me apetecía poesía, ni siquiera melancolía, solo quería agradecer a ese puñado de personas, que en silencio o no, levantaron de la arena de la playa de mis sueños la bandera de mi alegría y la agitaron bien fuerte contra el viento, porque quizás, fuese de la forma fuese, sus rostros, sus voces, sus risas, sus caricias, aquellos momentos juntos por pequeños que fuesen o simplemente su recuerdo me han echo inspirarme para que en tiempos malos y en tiempos buenos, cada post, cada renglón y cada palabra me hayan impulsado a seguir escribiendo…

Gracias.

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