Desde no importa que parte de mí

Prestamos atención a lo difícil, porque lo fácil ya lo tenemos…y por eso caemos en el abismo del desamor la mayoría de veces, y no es que lo fácil sea malo, sino que no es valorado lo suficiente por nosotros, es como un cuento al que esperas ansiosamente el siguiente capítulo y esa hoja es arrancada, exiges…pides.

Pedimos…¿pero estamos dispuestos a dar?, ¿a sacrificarnos por alguien? rehuímos del compromiso y no de una manera sincera e incluso pícara del tunante o el canalla, sino de la más rastrera posible, dejando un reguero de sangre a nuestro paso, las manos sucias…y sin dar explicaciones.

Nunca me gustó pegar el puñetazo en la mesa, simplemente aportar mi forma de vida lo más sutílmente, y marcharme sin hacer ruido de la vida de quien no se lo mereció, a veces no hemos sabido abandonar a tiempo el lugar del crimen y pese a saber que nuestra muerte estaba cerca nos hemos quedado inertes, inmunes, y nos han ofrecido una ráfaga de veneno a quemarropa hacia nuestros labios, hacia nuestra corazón…

Quizás a veces estupido de mí incluso me apené de que acabara, pero no las lloré, porque cada uno está donde eligió estar, porque mientras unos se retiraban abatidos, otros seguían danzando al son de la música que quisieron bailar en su momento, a rey muerto rey puesto, nueva corona, nueva vida, nuevo título…el de la reina más puta y desagradecida del reino, no importaba, los bufones seguirían riendo las gracias…mientras los estúpidos le cantan al amor.

En días de charcos y arena caminamos y encontramos almas sin rumbo que dicen creer en el amor, algo que oyeron, pero que jamás sintieron, jugando a un juego, a una ruleta rusa en la que el que gana solo siente alivio, el otro muere…aunque resucite cinco primaveras después, con las heridas cosidas, vivo…pero con cicatrices que si quizás no duelan ya, permanecerán por siempre en su cuerpo, en su mente.

Sólo queda doblar la esquina, y escupir en los nombres de tant@s maldit@s que jugaron y ganaron, sólo queda callar, en respeto en silencio por las ilusiones que murieron en el camino, por tantos besos que quedaron guardados y no se dieron, por tantos sueños quebrados…

Y lamentar de alguna cicatriz que llevo por siempre, y alegrarme por algún te quiero que nunca dí…

Deja un comentario