Te busqué allí donde nadie anduvo, donde no había huellas de pisadas ni de vehículos, recorrí tantísimos kilómetros en tu búsqueda por encontrar tu sonrisa, que me detuve cien mil veces en todos los salones de belleza, en todos los bares cada noche mientras bebía…incluso en los bares de carretera allá donde solo llegaban almas en pena buscando en el alcohol algo que les calmara de la pena por la que huían.
Anduve por desiertos de arena, por los más gélidos hielos…buscando algo que parecía sencillo, toda la inocencia de tu juventud, un vientre sobre el que reposar la tarde con tu cariño, la valentía de sentirse la primera mujer y lanzarse a la calle por lo que quiere, por lo que ama y por lo que desea sin importarle el resto de perdedores, aquella que no le importase el que dirá la gente, aquella que tiene como compañero en su almohada al que realmente buscó, al que realmente estremeció su corazón hasta el infito…
Busqué en ella la picardía y ese punto canalla de saber más que el hambre, de saber por cual ventana verlas venir, de esquivar las piedras una y mil veces y poner una sonrisa con la que me volviese a enamorar todos los dias de mis días…
Divagué tanto por tantísimos rincones, por tantísimos corazones, que incluso hoy, cansado de tanto buscar, cansado de tanto llegar tarde, cansado de pisar donde otros ya pisaron, cansado de pisar donde nunca jamás nadie estuvo…hoy tambíen tendrá ese día en el que mi corazón piensa que aunque no existieses esta lucha, esta entrega y esta búsqueda merecerá la pena solo por llevarla a cabo con la fé más rotunda.