Extractos de regazos

Entre cortinas de luces danzaban sus corazones y solo quería eso, seguir siendo el único pararrayos de su amor, el que golpeara con ahínco y con la fuerza más tremenda su vida, de una sacudida, certera, bonita y eterna, una huella inborrable para un amor inacabable.

Supo que había llegado la hora de los cambios, de las luciérnagas y del caminar de cisnes entre nubes, por cada rincón de aquel final del verano, sólo los dos, sólo la vida, simplemente el amor como el único juego disponible y al que ambos querían jugar, sin trucos, sin escudos, a pecho descubierto para sentir la cálida sangre entre ambos, para pensar que después de aquellas noches no quedaría ninguna más bonita.

Le miró a los ojos y le dijo que estaba sonriendo, él ni se había dado cuenta…así empezaba.

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