Quiero que sea de día, para convertir en atardeceres mis besos, que el regazo más sublime encarne nuestros días, para que los haga viento, y soplen al mar y que bajo el las sirenas con ese compás de veneno rejuvenezcan todas sus escamas, para que cuando llegue el día de ser princesas sean las más relucientes de la tierra…y de los mares.
Revolotear por el paraíso en busca de un arcoiris infinito, para poder pintar todos mis versos de todos los colores que nuestras mentes no imaginen, que se haga la vida prisionera de canciones, de esas que tanto nos enamoraron de adolescentes, y que hoy recordamos lentamente al son de unos tiernos besos.
Sabré hoy, como ayer, que la luna vestirá mi alegría una vez más, que como fiel compañera verá como a cada paso de cada latido mi corazón se achica más y más, cada vez que el continente se me encoge en mis manos, cuando sólamente tengo el brillo de tu mirada como guía, la luna desistió…no es cualquiera la más guapa.
Y mil y un suspiros salieron de sus bocas, mientras sentía como su pelo se recostaba sobre su pecho en un cosquilleo agradable y dulce, no sabía si esa era la vida que había soñado, tampoco podía apenas adivinar si aquella era la chica de sus días, pero recordarán por siempre que una mirada bastó, para dar un latigazo de pasión en forma de besos…en forma de poesía por siempre.