Persígueme

Persígueme, que quiero que oigas cuando grito tu nombre en los despuntes del alba, quiero que sigas los destellos torpes de mis palabras para que en ellas encuentres una encrucijada, una marea de letras que tienen por cada palabra que descifres un sentimiento, quiero que me sigas hasta los confines infinitos de mi alegría y juegues con ella hasta caer exhausta como una niña pequeña, que recorras las yemas de los dedos que te acarician cada noche aunque tú estes dormida, aunque tú no te des cuenta, aunque tú estes a miles de kilómetros de distancia.

Persígueme y entra como un relámpago iluminando los rincones de mi vida en aquella carcel de colores donde vivo, de serpentinas, de papelillos y corretea tras mi personalidad burlona, y emborráchate con mi lado canalla hasta que no puedas levantarte, aspira y siente ese veneno del mar de Cádiz que me entra por las venas y no me sale por ningún sitio, pasea, y monta en cólera con mi lado crítico, combativo y rebelde, el más peleón pero el que siempre te dirá las verdades a la cara…aunque siempre tendrás mis ojos.

Y en cuantos alambres soñaste danzar sin ser funambulista, cuantos colores pintaste sin saber que existían, cuantas canciones disparó tu garganta caliente y rota, cuantas melodías, cuantas notas escondidas en primas y bemoles, cuantas veces te agarraste al perseguirme por aquella inquietud de no saber cual será mi próxima frase, mi próximo movimiento, y cuantas veces te dormiste esperando que apareciera cuando siempre estuve tras tuya, en tus sueños.

Aquella cama continúa hoy arrugada y caliente, no olvides antes de dormirte saludar a mis musas…aunque sólamente verás tu reflejo.

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