Tejados, lunas, sueños…

El asfalto aún estaba húmedo, el trajinar de los pasos habían cesado, sólo quedaban las amarillentas luces de farolas y el maullido de gatos entre cubos de basura…y ahí estaba él, un solitario felino más buscando algún beso que se perdió entre las bolsas de basura de aquellas tristes paredes donde vivía, o quizás un abrazo sincero, una mirada cómplice…las bolsas sólo contenían las sobras de una vida vacía, el mal olor del amor cuando no es verdadero cual pescado podrido…ya no guardaría las raspas para otra ocasión.

Y así sucedió, danzó con la luna y la soledad hasta el infinito y restregó su corazón por los tejados…y arriba, pudo observar como lo miraba aquel jóven desde su ventana, sus miradas se cruzaron unos segundos, quizás queriendo uno poder entender la dulzura de unos labios, quizá el otro queriendo poder maullar a la luna cada noche.

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